Los precios de 'locura' en la dotación para empleados de la Alcaldía de Santa Marta
1.643 empleados de planta de esa Alcaldía recibieron bonos de casi $2 millones para su dotación. Denuncian que los productos son corrientes, pero los precios parecen de diseñador.
En la carrera 10 con calle 8, en pleno sector del mercado de Santa Marta, se ubica un almacén de ropa con derecho de admisión reservado. Aunque aparenta estar abierto al público, un bastón de escoba que hace las veces de tranca bloquea el acceso, y uno de los empleados del lugar pregunta a quien se acerque el motivo de la visita.
El almacén se llama ‘Manicomio Dotación’, y corresponde al establecimiento comercial del grupo empresarial El Manicomio SAS, la empresa que el pasado 2 de noviembre se ganó la licitación pública por valor de 845 millones 524 mil pesos, para darle la dotación a 1643 docentes y empleados de planta de la Alcaldía de Santa Marta y algunas secretarías que devengan menos de dos salarios mínimos y que, por Ley, tienen derecho a la debida dotación.
Entrar a este lugar no fue fácil. Pero Seguimiento.co se tomó la tarea de visitar el sitio para constatar las denuncias que varios funcionarios de planta de la Alcaldía hicieron a este medio de comunicación bajo un único argumento: los empleados creen que el patrono (la Alcaldía) les está haciendo una ‘mala jugada’ con la dotación a la que tienen derecho, haciéndolos comprar ropa de mala calidad, a precios exorbitantes.
La frase clave para ingresar al lugar fue decir que la compra sería realizada con el bono. Esto fue suficiente argumento para brindarle confianza al empleado que hace el control de acceso, pues a este lugar solamente pueden ingresar los empleados que tienen cargadas sus tarjetas con un total de $1.722.000, correspondiente a las tres dotaciones del año.
Uno de los periodistas de este medio fue atendido por María, una de los casi 15 empleados que se encargan de brindar una atención personalizada.
Contrario a lo que indican las especificaciones técnicas que mostró la empresa El Manicomio durante el proceso de contratación (Para hombre: camisa a rayas o cuadros, pantalón de dril y zapatos de cuero Para mujer: blusa sin cuello manga larga, pantalón y zapatos en cuero), en el establecimiento hay un sinnúmero de prendas para hombres, mujeres y niños, incluyendo ropa interior y lencería.
“Tú puedes escoger lo que quieras, si quieres ropa para tus hijos, si quieres comprarlo todo en brasieres, simplemente escoge y en la caja te descuentan del bono”, explica amablemente María.
Productos ‘corrientes’ a precio de ‘diseñador’
Uno de los denunciantes que puso en conocimiento de Seguimiento.co la situación, empleado de planta de la Alcaldía, manifestó su descontento porque, a su parecer, los productos son “de mala calidad” y de marcas no reconocidas, como para justificar el alto precio.
“Los precios son altísimos y de mala calidad. Ese contrato pareciera que lo hubieran entregado a dedo y que no llenara los requisitos del contrato. Empezando por el nombre del sitio adonde nos mandan: ¡El Manicomio! Esto debería ser para que el señor alcalde reflexione. ¿Será que ellos se visten con esa ropa a donde nos envían a los empleados?”, se pregunta la mujer.
Otra de las denunciantes expresó: “Los precios son irreales. Es que con decirle que ni en Leonisa (marca reconocida de brasieres) uno consigue un brasier a precios como esos. Los brasieres que venden en ese sitio son de mal gusto y la etiqueta dice que cuestan 120 mil pesos”.
Este medio constató que el almacén no solo se encuentra ubicado en un sector popular, sino que la calidad de los productos apunta a este público, por lo que se presume que los precios deberían ser más ajustados. Sin embargo, este medio se encontró con jeans que cuestan 200 mil pesos, pantalones por 210 mil pesos y blusas alrededor de 100 mil pesos. Precios que, a todas luces, son elevados al contrastarlos con la calidad evidente.
Según justifica la Alcaldía en los estudios previos del contrato, la Alcaldía le debe dar cumplimiento a la Ley 70 de 1998 y el decreto reglamentario 1978 de 1988, el cual establece que los empleados beneficiados con esta dotación (que ganen menos de 2 salarios mínimos) recibirán “un par de zapatos y un vestido de labor cada cuatro meses”.
Sin embargo, el establecimiento comercial beneficiado al parecer no solo está incumpliendo con los requerimientos que se pactaron en el contrato, sino que además, los precios tienen un aparente sobrecosto, pues la calidad de los productos no parece justificar los $574 mil pesos que recibe el empleado en cada una de las tres dotaciones del año.
El contrato plantea que a 31 de diciembre de 2016 debe haber cumplido la entrega de las dotaciones. Para esta fecha, el establecimiento debería desaparecer y con ella, sus precios de locura.
Este medio consultó a la Alcaldía de Santa Marta para conocer su posición, pero hasta el momento no ha habido respuesta.
Por: Polo Díaz-Granados - Ian Farouk Simmonds